Una mochila para backpacking puede convertirse en la mejor amiga de un viajero, así que su elección es crucial. Y ese es el caso de Zaileth (Say on the Road), una viajera de Baja California que decidió recorrer el mundo con una mochila Osprey a su espalda.
¡Conozcamos juntos su historia!
Hola, soy Zai y hoy les contaré cómo comenzó mi historia. Nací en una ciudad pequeña de Baja California, tengo dos hermanos mayores y unos padres increíbles, vengo de una familia conservadora y también muy soñadora.
La primera vez que mencioné algo referente a viajar tenía 6 años. Empaqué todas mis cosas en mi “mochila para viaje” —que en realidad era del kinder—, mi juguete favorito y mis pequeños ahorros. Con el paso del tiempo, intenté ser una viajera un par de veces y fracasé.
Mientras crecí, siempre se me inculcó que antes de hacer cualquier cosa debía terminar mis estudios, así que abandoné la idea por muchos años y así fue pasando el tiempo.
¿Cómo fueron los años universitarios de Say on the Road?
Cuando entré a la universidad, y aunque me gustaba la carrera que había elegido, de verdad soñaba con algo más. En aquella época, cuando le platicaba a alguien que me gustaría viajar, siempre recibía negativas de lo costoso e inseguro que sería y más aún para una mujer. Me decían que viajar era un lujo que muy pocas personas podían tener y si no tenías los recursos como yo era "imposible".
Empecé a buscar alternativas para lograrlo y encontré que la forma más popular de hacerlo era trabajando en aviación, teniendo la vida de ensueño que parecía ser, así que decidí estudiar para obtener mi licencia de sobrecargo.
Al momento de terminar la universidad, empecé a buscar trabajo en aviación, recibí varias negativas y estaba un poco frustrada porque lo que más deseaba parecía muy lejano.
La señal que cambió la vida de Zaileth
Después de varios años, llegó el día que cambió mi vida. Recuerdo estar sentada en un parque, bastante perdida en realidad, cuando un señor se sentó en la misma banca y empezamos a platicar sobre el libro que leía.
No sé en qué momento la conversación se tornó en sus aventuras de juventud, yo solo lo escuchaba fascinada porque había tenido la vida que yo solo imaginaba; estaba cansada de tanta monotonía y de ver que mis planes no iban a ningún lugar. Sabía lo que quería pero no tenía ni idea de cómo lograrlo.
Así que esa misma tarde di un salto de fe y compré un vuelo al sur de México. En ese entonces no tenía idea lo que se venía y menos aún, había pensado en qué tan importante sería una mochila para backpacking.
Las primeras aventuras de Say on the Road
Llegué a casa de una familia que me recibió en Mérida, con una maleta de llantitas y con los pocos ahorros que tenía, compré una mochila, una que me destrozaba la espalda, pero era la única que podía costear en ese momento.
Siempre estuve bastante limitada en el tema económico, pero estaba dispuesta a lograr que el dinero no fuera un impedimento. Empecé a conocer viajeros en el camino, personas que me hospedaban y mi viaje se fue haciendo cada vez más económico y más fácil, cada vez tenía menos miedos y me sentía más segura.
Mis ahorros se acabaron por lo que empecé con trabajos esporádicos: vender pulseritas, pintar casas, limpiar, lo que fuera con tal de poder seguir el viaje.
Con el tiempo, me di cuenta que era más efectivo trabajar en temporada de verano y viajar los siguientes meses. Así fue pasando el tiempo y aunque los salarios no eran muy buenos, conseguía hasta dos trabajos con tal de ahorrar más.
Empecé a viajar acampando y quería tener cosas que me durarán más, pero eso significaba una inversión mayor. Así como empezó, mi viaje se volvió internacional por el deseo de visitar más y más lugares; y con ello, las necesidades se hicieron mayores, por eso cuando llegué a Chile decidí buscar un trabajo por unos meses para poder por fin tener un buen equipo.
La primera mochila para backpacking de Say on the Road
Estuve trabajando muchísimo, tenía dos empleos, estaba cansada, pero sabía que valdría la pena. Así es como pude comprar la mochila de viaje que sería mi compañera por los próximos 5 años.
Recuerdo ver viajeros con unas mochilas que me encantaban y suspirar pensando que algún día yo tendría la mía. Ese sueño se volvió realidad cuando pude comprar mi Aura AG 65 de Osprey, que era todo lo que siempre había imaginado, ¡y volví a la ruta!
La verdad es que antes de eso no solía hacer muchas caminatas, pero es como si algo hubiera surgido con la llegada de mi nueva mochila.
En la Patagonia empezó mi amor por las montañas y me di cuenta que mi viaje ya no sería el mismo, en algún punto me planteé conocerlo todo y no pensaba conformarme con menos.
Quería comerme al mundo, así que preparé un plan de cuánto tiempo me tomaría conocerlo todo…¡Todo!. Según el tiempo que pasaría en cada país y la cantidad de países, pensé que 15 años serían suficientes para lograrlo. Hoy tengo 7 con esta vida y no sé si serán suficientes.
El adiós a su mochila para viajes
Han pasado muchos años de viajes y aventuras con mi mochila de backpacking de Osprey y hace unos meses llegó el momento de separarme de mi fiel compañera. Aunque se encontraba en perfectas condiciones (¡es una Osprey!), me di cuenta que un modelo más reciente con nuevas características ayudaría mucho por cómo había evolucionado mi estilo de viaje.
Muchos piensan que era que debería haber conservado, pero la verdad es que, después de la vida que ha vivido y lo mucho que aún le queda por vivir, no quería que estuviera arrumbada en un closet. ¡Al contrario, quería que siguiera teniendo aventuras y, quizás, que le ayudara a alguien más a cumplir sus sueños como lo hizo conmigo!
Así que decidí que mi mochila de backpacking comenzara otra historia con alguien más. Fue difícil tomar la decisión de cómo y con quién continuaría sus viajes mi preciosa Osprey, porque cuando anuncié en mis redes sociales que la regalaría, muchas personas me escribieron y me mandaron sus historias de porqué la querían. ¡Me hubiera encantado repartir un pedacito de ella a cada una! Pero no era posible.
Mi Aura 65 terminó en California con su nueva dueña: una aventurera de corazón —igual que yo— que buscaba una mochila para campismo. En ese momento no quedó más que despedirme y agradecerle por todo lo compartido.
¡Ahora tengo una nueva compañera! El modelo ideal para mí —en la actualidad y para mis planes— es una bellísima Ariel AG 55, que además de muchas otras ventajas, tiene un super feature, pues la tapa superior se convierte en un daypack muy práctico. ¡Estoy enamorada de ella y estoy segura que viviremos muchas nuevas aventuras juntas!
Sé que todo final es un nuevo comienzo y a esta viajera, ¡le quedan muchas más aventuras por vivir!. Síganme en mis redes y sigan a Osprey también, porque en cada uno de nosotros hay un viajero que está buscando el momento de soltar amarres e ir en busca de sus sueños.